martes, 18 de marzo de 2014

¿Aprendizaje en todo momento y lugar?



Las formas de conocimiento van evolucionando y cambiando junto al propio desarrollo histórico del ser humano. Al principio era necesario guardar todo cuanto fuese posible en la memoria colectiva a través de historias y hechos extraordinarios que poco a poco se fueron transformando en mitos y leyendas. Los abuelos lo hacían por cuentos que no se cansaban de repetir a los más pequeños.

Durante un largo proceso se ‘creando’ la escritura. Y ella fue el nuevo motor de conservación, desarrollo y transmisión de la información y el conocimiento. Poco a poco la escritura se fue desplazando y encajonando en los libros. La escritura encontró así la protección de la intemperie y la forma de ser trasladada con cierta seguridad.

Cuando llegó la imprenta, la escritura se pudo convertir en un producto ‘común’. Los libros dejaron de ser un lujo o una propiedad a la que sólo podían acceder algunos privilegiados. El libro se popularizó de tal forma que hoy se encuentra en todos los materiales y formatos posibles. El libro, y con el él la escritura, es parte de la cultura moderna.

Pero el conocimiento no ha terminado de evolucionar. Ahora tiene nuevas herramientas o formatos en los que se puede presentar: las tecnologías de la información y la comunicación. Nuevo formato, acorde a los avances propios de los avances técnicos y científicos propios de la época moderna. Nuevo formato que aún no se logra comprender en su justa medida. Tal vez sea necesario esperar un tiempo prudente (¿El mismo que necesitó la escritura para hacerse popular y entrar de lleno en el ámbito educativo?) para entender verdaderamente el papel de las TIC en la educación.

Lo curioso, o preocupante según la perspectiva desde donde se vea, es que no se tiene una verdadera noción del alcance de las nuevas tecnologías y su papel dentro de los procesos educativos. No se ha terminado de reflexionar sobre el papel de las TIC en la escuela cuando ya se comienza a hablar de las TAC (Tecnologías del Aprendizaje y el Conocimiento). Ya no es suficiente mirar críticamente el E-learning (Aprendizaje Electrónico), ahora es necesario hacer una reflexión sobre el M-learning (Aprendizaje Móvil).

El Aprendizaje móvil[1] es una de las ramas de las TIC aplicadas a la educación. La tecnología móvil es la TIC más utilizada, aunque no siempre se le relacione con el ámbito educativo. Cuando se utiliza la tecnología móvil (teléfonos inteligentes, tabletas, lectores electrónicos, reproductores de sonido, consolas de videojuegos) para aprender en todo momento y lugar, se puede decir que hay Aprendizaje móvil.

Una de las principales características y ventajas del aprendizaje móvil es su carácter personal. Esto se debe a que la tecnología móvil es personal y casi que intransferible. Un teléfono inteligente o una tableta son artículos personales, tienen un solo dueño y este lo utiliza de la manera como considere apropiada. La nueva tecnología móvil permite un grado de personalización tal que cada aparato sería, por las aplicaciones que utiliza, único y a imagen de su dueño.

La posibilidad de personalización casi infinita es lo que le permite al aprendizaje móvil adaptarse a las necesidades individuales. Ya no es necesario que un aparato tenga todas las aplicaciones o programas que todos llegasen a necesitar, sino que cada equipo tiene las que su dueño desea y necesita. El aparato viene casi vacío y cada quien lo llena como lo desea. Y allí es donde el ejercicio educativo está llamado a prestar un servicio importante. Para ello, debe ofrecer posibilidades que se adapten a los estilos y ritmos de aprendizaje de cada quien.

Además, con la tecnología móvil las TIC se convirtieron en dispositivos fáciles de transportar y utilizar en casi todos los momentos y lugares. Esto no sucedía con los ordenadores. Estos eran pesados, de difícil transporte y requerían de una cantidad importante de energía. Ahora la tecnología cabe en una mano, cabe en un bolsillo y su peso es casi que insignificante. Quien desee aprovechar el aprendizaje móvil, lo puede hacer cuando quiera y donde quiera. No requiere de grandes aparatos, sólo de una logística mínima.

Si a esto se le suma la invención de la ‘nube’ las perspectivas del aprendizaje móvil crecen considerablemente. La nube es la posibilidad de tener acceso a la información guardada por el usuario desde el dispositivo que tiene en  su mano. De esta manera, la información se separa del equipo que la contiene. Lo que se necesita ya no está es un lugar físico (bueno, sí lo está, pero dicho lugar ya no es propiedad individual), sino que da la apariencia que se encuentra en un plano inmaterial. Ahora se tiene acceso a la información propia desde cualquier sitio son un equipo que se lleva en todo momento.

El aprendizaje móvil está abriendo nuevas perspectivas, tan amplias que tal vez por el momento no es posible dimensionarlas en todo su potencial. Lo cierto es que se le debe prestar más atención de la que ha tenido. Pues el incremento de estos dispositivos es abrumador. Cisco Systems[2] sostiene que en el año 2016, la cantidad de teléfonos inteligentes y de tabletas será mayor al número de habitantes en el planeta.


[1] UNESCO (2013). Directrices para las políticas de aprendizaje móvil. Francia: Unesco.
[2] http://www.colombia.com/tecnologia/actualidad/sdi/31628/mas-smartphones-que-personas-en-el-2016

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